Para la teoría psicoanalítica, la causa de esta moneda de dos caras entre el amor y la agresividad, entre la búsqueda del ser humano por encontrar amor, y al mismo tiempo, su búsqueda de violencia, se explican según este enfoque psicológico, a causa de que los deseos del sujeto son enemigos de la propia cultura, ésta es la que imposibilita la satisfacción pura de los deseos más primitivos y reprimidos, y por lo tanto, estos deseos buscarán compulsivamente liberarse de manera brusca generando consecuencias irracionales.

Así como un motor de carro sobrecalentado necesita enfriarse, nuestro aparato anímico también busca descargar con separación y violencia ese exceso de energías acumuladas.

Por lo tanto, la humanidad ha buscado innovar no sólo en métodos para alcanzar el desarrollo y unidad entre personas, sino, simultáneamente, formas para manifestar agresividad. El desarrollo de la tecnología ha potenciado los mecanismos de agresión con que la humanidad cuenta para ello: bombas, sistemas de represión, estrategias bélicas, etc.

Max Halberstadt [Public domain], via Wikimedia Commons

Sobre la razón instrumental y sus contradicciones.

Razonar es la actividad de abstraer ideas de la naturaleza hacia nuestra mente. Sin embargo, no es lo mismo el razonamiento de un filósofo quien se complace en su propio arte reflexivo sobre el sentido de existir, al razonamiento instrumental que busca dominar la naturaleza para transformar el medio ambiente. La razón instrumental como tal empieza desde el siglo XVIII y da las bases de la ciencia y tecnología moderna. Todas las herramientas con las que vivimos hoy en día son resultado directo de este tipo de razonamiento. Vivimos en un mundo de equivalencias. Todo razonamiento que no se apoye en el cómputo es sospechoso. La esencia de ésta no es la reflexión crítica, sino que por el contrario …

“La técnica es la esencia de tal saber. Éste no aspira a conceptos e imágenes, tampoco a la felicidad del conocimiento, sino al método, a la explotación del trabajo de los otros , al capital” (Adorno y Horkhaimer,1998,60)

Hombres de éxito y sus contradicciones.

Steve Jobs fue en vida un gran innovador, pero es verdad también que como genio tuvo grandes contradicciones: era insoportable. Porque su gran inteligencia de cálculo cegaba su empatía para sus colaboradores. Está demostrado que la productividad se intensiva en un ambiente laboral positivo, a pesar de ello, en muchos de éstos hombres de ciencia como Jobs no fue calculado ese importante detalle: que debemos tratar a nuestros colaboradores como a seres humanos y no como a máquinas programables.

Nos queda para reflexionar también sobre las consecuencias de las decisiones del magnate y actual presidente de Estados Unidos Donald Trump, de quien nadie dudaría ni por un segundo su capacidad instrumental a la hora de hacer negocios, y sin embargo como mandatario trae consecuencias negativas ambientales y humanas como: la salida de E.E.U.U. del Acuerdo Ambiental de París, la masiva deportación de inmigrantes que ha separado familias, el desplante que hizo contra el ministro de Montenegro en la cumbre de la OTAN, entre otras. Que dan evidencia de cómo el exceso de racionalidad instrumental, es precisamente el que aturde al sentido de humanidad.

Podemos explicar éste fenómeno trayendo a colación a la gran teórica política de los totalitarismos: Hannah Arendt, quien a partir de los juicios que presenció contra burócratas nazis por dar órdenes de ejecución contra judíos en campos de concentración, acuñó el término “Banalidad Del Mal” para describir con más exactitud las consecuencias negativas que devienen de la instalación de una ideología-ismo en el poder, es decir, la legitimación de una racionalidad instrumental al comando de todo.

En conclusión: El ser humano busca vaciar sus energías acumuladas por medio de separación y agresividad contra otros, y la tecnología proporciona herramientas para incrementar ese impacto negativo. El empleo de la racionalidad instrumental sin considerar el sentido de humanidad, desemboca en tantas barbaries como en genocidios. Mediante el cálculo, la razón instrumentalizada permite colonizar al otro.

En ocasiones se llegaría a ser más racional, dejando salir un poco más nuestro lado de “irracionalidad”, es decir, dejando a las sensaciones, impulsos, y a la empatía tener su lugar en las relaciones políticas y laborales.